"Parece de revista" me llegó a decir una amiga cuando recién inaugurábamos casa.
Ahora se pocría definir como un gran parque infantil.
Y es que poco a poco se fueron cambiando las velas por Playmobil, los jarrones de diseño por coches, lámparas y todo elemento decorativo por juguetes varios, la alfombra del salón por otra muchísimo más útil y original que tiene pista de carreras, zona de aparcamiento...vamos, mucho más entretenida.
Los marcos ya solo tienen fotos de los reyes de la casa y las obras de arte quedan expuestas en la nevera, en la parte más baja para que el autor pueda añadir nuevas pinceladas si lo viera oportuno.
La terraza la preside una bonita casita de jardín con su moto aparcada en la puerta y justo a lado un arenero donde guardamos la arena después de recogerla del suelo que bien parece que el arenero sea lo de fuera.
En el baño cada cosa tiene su lugar.
En la cesta están los juguetes más desafortunados. Los más guay y divertidos se sitúan alrededor de la bañera. Son tantos que a veces invaden, pero nada que no se pueda tapar al correr la cortina de Mickey.
Aunque siempre queda a la vista el dispensador de jabón o el vaso de los cepillos con formas de Lego.
Y no todo es la decoración, porque aunque los peque no estén cerca yo sigo teniendo en la tv los dibujos, y es que creo que mi tele no tiene más canales que los infantiles.
Siempre se dice "un niño te cambia la vida" y tan cierto que es.
La vida, la decoración, la programación y hasta la alimentación (porque no he ido más en la vida a los burger que desde que tengo niños)
Pero me encanta esta nueva decoración, aunque a veces no estemos muy de acuerdo con el color de las paredes o haya un Picasso en alguna de ellas.
Si aún no te has animado pon un decorador en tu vida. Ellos te alegrarán la casa y el corazón.
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