Mi paritorio, mi baño
Yo estaba acostada, relajada y sin tener contracciones cuando me entraron ganas de ir al baño.
Una vez allí ya no me pude mover.
Mi marido decidió llamar a la ambulancia para que me llevara al hospital, pero el estaba tranquilo porque "había tiempo".
Cuando llegaron mis padres y mi hermana, me dí cuenta de que no podía sujetarlo más y me relajé.
Álvaro cayó al suelo del cuarto de baño bajo la atenta mirada de su padre, su tía y su abuela que ejercieron de matrones improvisados.
Mi marido seguía tranquilo. Cogió al niño, lo limpió, le dió unas palmadas para que llorara y me lo puso en el pecho.
En ese momento llegaron los sanitarios y se ocuparon del resto, aunque el cordón lo cortó mi marido.
Me sorprendió lo bien que reaccionó y que se comportara como un auténtico profesional.
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Muchísimas gracias Carmen por compartir tu historia con nosotros.
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