Respecto a la edad a la que debemos empezar a permitir a
nuestros hijos ir solos al colegio, a realizar pequeñas compras o visitar a
otras personas, la respuesta es muy subjetiva, ya que debemos tener en cuenta
las circunstancias familiares, sociales y personales, así como la maduración
del niño o la niña. Respecto a la maduración, sabemos que el lóbulo prefrontal,
encargado de las funciones ejecutivas, no madura hasta los 25 años
aproximadamente.
Ya veo que todos os habéis llevado las manos a la cabeza, pero así es. Las funciones ejecutivas comprenden las capacidades mentales necesarias para formular metas, planificar la manera de lograrla y llevar adelante ese plan de manera eficaz y de una forma razonada. También se encarga de la anticipación, la elección de objetivos, la planificación, la selección de la conducta, la autorregulación, el autocontrol y el uso de realimentación. Pero no dejar a nuestros chicos equivocarse hasta esa edad sería incurrir en una grave sobreprotección.
¿Entonces cómo podemos saber cuándo estará preparado mi
hijo/a para afrontar esta autonomía que tanto miedo nos da a los padres?
Pues bien, volvemos a sacar a colación algo que defendemos
desde hace años, trabajar la inteligencia emocional y social con ellos desde
pequeños, les dará las herramientas para poder desenvolverse en situaciones que
consideren anómalas y puedan pedir ayuda en caso necesario. Siendo así, a
partir de los diez años aproximadamente y teniendo en cuenta la distancia, el
momento del día y el camino a recorrer, un chico o chica podrán realizarlo
correctamente, atendiendo a las normas de tráfico y evitando situaciones
peligrosas, que deben ser advertidas previamente al menor.
Dejar que un menor realice estos recorridos antes de estar
preparado puede acarrearnos problemas y sustos. Por ejemplo, antes de los ocho
años lo niños tienen limitaciones visuales y cognitivas a la hora de reconocer
peligros. Si aun así queremos intentarlo, podemos hacerlo bajo nuestra
supervisión varios pasos atrás o en grupo bajo la supervisión de un padre que
se vaya alternando cada día.
La media en España se sitúa alrededor de los 9,7 años y es
más común en entornos rurales y en familias procedentes de otras culturas donde
además el menor permanece solo en casa mucho tiempo. Algunos centros escolares
están poniendo en marcha una iniciativa de caminos escolares seguros donde se
unifica en una sola vía común el recorrido hasta los centros escolares, de este
modo, podemos acompañar a nuestros hijos hasta esas vías comunes y una vez allí
podrán seguir solos acompañados de cientos de alumnos y bajo la vigilancia de
las autoridades a las que nunca debemos demonizar con frases tan comunes como
“si no haces esto voy a llamar a la policía y te van a llevar”, ya que en caso
de necesidad, el menor no confiará en ellos para pedir ayuda.
Los caminos escolares seguros es algo que se estaba
proponiendo en nuestro municipio, en Benalmádena, y que esperamos que se lleve
a cabo en un futuro cercano, ya que la autonomía de los menores a esas edades
les ayuda a asumir responsabilidades y además contribuimos a la mejora de su
estado físico animándoles a caminar a diario.
Nieves López-Brea Serrat
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